Sinopsis
El Poder de los hábitos o The Power of Habit (2012) explica la importancia de los hábitos de rol en nuestras vidas, desde cepillarnos los dientes hasta fumar y hacer ejercicio, y cómo exactamente esos hábitos se forman. La investigación y las anécdotas en El Poder de los hábitos brindan consejos fáciles para cambiar los hábitos, tanto individualmente como en las organizaciones. El libro estuvo más de 60 semanas en la lista de best-sellers del New York Times.
¿Quién debería leer este libro?
- Cualquier persona que quiera comenzar un buen hábito, como hacer ejercicio regularmente, o dejar un mal hábito, como la comida rápida.
- Alguien interesado en cómo nuestra tendencia a formar hábitos es manipulada por las empresas.
- Cualquiera que quiera implementar nuevas rutinas en sus organizaciones.
Sobre el autor
Charles Duhigg es un reportero de investigación nominado al premio Pulitzer que escribe para el New York Times. Ha ganado numerosos premios por su trabajo y ha aparecido en programas de televisión como Frontline y The NewsHour con Jim Lehrer.
Los hábitos son ciclos simples de “señal – rutina – recompensa” que ahorran esfuerzo y perduran
Nuestros cerebros buscan constantemente formas de ahorrar energía. Las investigaciones muestran que una forma en que lo hacen es convirtiendo las actividades en hábitos.
Por lo tanto, incluso un acto complicado que exige concentración al principio, como caminar hacia atrás por la puerta de tu casa, con el tiempo se convierte en un hábito sin esfuerzo. Las investigaciones han indicado que hasta el 40 por ciento de las acciones que se realiza cada día se basan en hábitos y no en decisiones conscientes.
En general, cualquier hábito se puede dividir en un ciclo de tres partes.
Primero, percibes una señal, por ejemplo, el sonido de tu reloj despertador. Esto crea un aumento general en la actividad cerebral a medida que tu cerebro decide qué hábito es el adecuado para la situación.
Luego viene la rutina, es decir, la actividad a la que estás acostumbrado cuando te enfrentas a esta señal en particular. Tu ida al baño y cepillarte los dientes con tu cerebro prácticamente en piloto automático.
Finalmente, obtienes una recompensa: una sensación de éxito y, en este caso, una sensación de menta fresca en la boca. Tu actividad cerebral general aumenta nuevamente a medida que tu cerebro registra la finalización exitosa de la actividad y refuerza el vínculo entre la señal y la rutina.
Los hábitos son increíblemente resilientes: en algunos casos, personas con daño cerebral extenso que ni siquiera podían recordar dónde vivían podían seguir sus viejos hábitos y adquirir otros nuevos. Esto se debe a que los hábitos de aprendizaje y mantenimiento ocurren en los ganglios basales, una parte de tu cerebro que puede funcionar normalmente incluso si el resto de su cerebro está dañado.
Desafortunadamente, esta capacidad de resiliencia significa que incluso si abandonas un mal hábito, como fumar, siempre correrás el riesgo de recaer.